Debemos estar siempre agradecidos con el Justo Juez por sus sacrificios y por su eterno amor y perdón, y esta oración es perfecta para expresarle amor eterno y para pedir su bendición.
Oración milagrosa al Justo Juez
Grandioso y Justo Juez que estás en las alturas, que reinas sobre nosotros y nos bendices desde tu trono, tú que nos amas de una forma incondicional y nos perdonas por todos nuestros pecados, a ti te alabamos y bendecimos todos los días por tus enormes sacrificios.
Tú que eres puro el que mas, que no conoces el pecado, que te sacrificaste por nosotros para librarnos de todo el mal que habíamos hecho, eres grande porque siempre nos has amado a todos por igual, incluso a aquellos que no te amaban a ti.
Perfecto eres, y de la perfección naciste, siendo único y glorificado desde el principio, naciendo del casto vientre de la Virgen María, siendo el Hijo de Dios Padre, enviado por Él para salvarnos y perdonarnos. Burlado y perseguido fuiste en vida, y todos cuantos te temían te maltrataron, porque en ti veían una grandeza mas allá de toda posibilidad, y aunque fuiste injuriado nunca te alzaste en misión de castigo, porque no existe maldad en ti, y tú solo sabes dar amor y perdón.
Crucificado y sepultado fuiste, mas tú eres eterno, y supiste levantarte al tercer día con mas fuerzas para dar tu último testimonio, y así demostrar al mundo que aún nos amas y siempre nos amarás.
Glorioso y Justo Juez, te pido que me dediques un poco de toda esa grandeza. Que me obsequies un poco de tu luz divida, que con ella incluso el maligno temerá tentarme. Cúbreme con tu manto sagrado, y ningún enemigo será capaz de verme bajo tus brazos, y todos temerán acercarse, pues tu luz incandescente les será demasiado.
Dame tu bendición, mi amado Justo Juez, y mis enemigos serán abatidos cuando intenten obrar contra mí, y les será imposible verme venir, o incluso escuchar mis pasos, porque tu sagrada energía está mas allá de todo sentido, mas allá de toda percepción. Protégeme del mal, mi amado Justo Juez, pues yo soy leal hijo de Dios, y te alabo y te bendigo hoy y siempre, y por todo lo que has hecho y haces por mí siempre agradezco.
Órale al Justo Juez siempre que te sientas agradecido y que quieras expresarle lo que sientes y lo maravilloso qui él siempre ha sido, y así siempre serás bendecido.