Oración milagrosa a los acrangeles para liberar de la oscuridad

Si sientes que te oprimen, que la vida está apagada y que la oscuridad se cierne sobre ti, invoca a los acrangeles con esta oración, y tu vida se llenará de luz y los mas gloriosos guerreros de Dios te respaldarán de todo mal.

Alabados acrangeles, seres benditos de infinita nobleza, les ruego se manifiesten en este día aciago donde la oscuridad acecha y moran los malignos, para que me liberen de la oscuridad que me aprisiona, que me oprime el corazón y atenta contra mi alma y mi juicio.

Sagrados acrangeles tocados por Dios nuestro Señor, les imploro que lleven mi plegaria ante el Padre y le pidan permiso para protegerme y darme luz, pues el camino se me hace largo y los malvados me quieren extraviar. Les ruego, oh divinos, porque yo soy de los hijos de Dios y le soy leal en todo momento, y el maligno, queriendo aprovecharse de la nobleza de los terrenales, quisiera verme fuera de la senda del Señor, y por ello me pone una venda en los ojos y me lanza piedras en el camino. Mas yo sé con certeza, alabados acrangeles de infinita benevolencia, que ustedes no permitirán caer a un hijo de Dios mientras puedan impedirlo.

Los llamo porque sé que no me ignorarán, porque ustedes no ignoran a los necesitados y a los que de todo corazón ayuda les piden. Porque ustedes son guías, mensajeros y medicina celestial, y su esencia es ayudar y brindar luz y protección.

Láncenme un manto de protección, oh grandiosos acrangeles que en los cielos nos vigilan, y préstenme un poco de su llama eterna, pues cuando levante una vara que porte su esencia y su luz, ninguna oscuridad osará acercarse y nublarme la vista. Libérenme de esta oscuridad malvada, bondadosos seres de pura divinidad, que la aflicción no se hace esperar y me oprime, y nosotros somos débiles ante las penas. Y si esto es por voluntad del Señor, que así sea, pero al menos láncenme una soga o préstenme un poco de su luz, pues no he sabido reconocer la senda y esta oscuridad me supera.

Les imploro solo un poco de ayuda, la suficiente para ver la luz al final del camino, y me sentiré agradecido como siempre lo estoy con ustedes. Porque ustedes siempre ayudan y protegen y las palabras no serán suficientes para agradecerles. Por eso los alabamos en cuerpo y alma en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con esta plegaria la oscuridad se alejará de ti, ahuyentada por la luz de los acrangeles que acudirán a tu llamada. Rézala cada vez que te sientas afligido u oprimido.