Oración del Martes a San Miguel Arcángel

Oración Poderosa a San Miguel Arcángel del martes, Para que tu semana continúe llena de bendiciónes persevera en buscar la presencia de Dios y San Miguel Arcángel. Para ello, realiza esta oración que demuestra la fe de tu corazón. Eleva cada palabra creyendo que este acrangel poderoso tiene cuidado de ti, y tu día estará lleno de victoria.

Amado San Miguel Arcángel, gracias te doy por despertar este día con salud y bienestar. Me has dado el don de disfrutar lo bueno y desviarme de lo malo, por eso mi corazón reposa. Llenas mi existencia de paz y tranquilidad, me salvas de la angustia. Mi alma vive en contentamiento ya que en ti encuentro descanso.

Gracias porque este martes estará lleno de bendiciónes para mi vida y la de los míos. Que nada nos falte, danos la provisión material de cada día. Sé que tendremos abundancia y podremos compartir con otros. Por eso quiero que mi corazón siempre esté lleno de generosidad.

Donde quiera que vaya este día llevaré tus bendiciónes conmigo, porque no te apartas de mi lado. En cada paso y camino que yo tome me guiarás para que lo bueno siempre me acompañe.

El mal no puede dañarme, satanás huye de tu santa presencia. Los demonios escapan porque temen tu poder y el de las huestes espirituales que comandas. Así como los expulsaste del cielo los alejarás de mí. También, me libras de las personas que se prestan para ser vehículo de sus malas intenciones.

Bríndame fortaleza para soportar aquello que no puedo cambiar o transformar. Tiempla mi carácter, para que no caiga en tentaciones y pueda crecerme ante lo que me provoca temor. Que los retos no me amilanen, y tenga la valentía de un guerrero. Así podré conquistar esos sueños que mi corazón alberga.

El estrés y la angustia no me alcanzarán, porque la paz que me confieres apaga el fuego del miedo. Confiado estoy en ti, y el temor no puede dañarme. Me rodeas de buenas personas, las cuales me hacen aprender y tener experiencias nuevas.

En la senda de los malos no andaré, porque las bloqueas para mí. Me iluminas y así puedo ver las piedras de tropiezo. Por eso no caigo en las trampas del enemigo, y gracias a ti me aparto. Voy por horizontes seguros, donde avanzo con fe hacia mis propósitos.

Regálame ese don tuyo de hacerme feliz y sentir la calidez de tu manto protector. Con tu escudo desvía las saetas del enemigo y las sombras de maldad que andan de día y noche asechando. Eres el sol que ilumina mis días, y tu resplandor me acompaña hoy, mañana y siempre. De noche no tengo miedo, y me regalas hermosos sueños.

Experimento tranquilidad porque sé que al final del día permaneceré en victoria, me sentiré complacido y satisfecho. Por eso, elevo mis manos al cielo para proclamar que eres santo y poderoso.

Gracias porque nada me falta y tu acompañamiento es el mayor regalo que puedo tener. Te agradezco, San Miguel Arcángel, porque a pesar de mis errores y pecados jamas me abandonas. Amén.