Para que nuestra devoción a Jesús se fortalezca cada vez mas, es importante que pasemos un momento de oración y de meditación cada sábado, de esta forma, sanaremos nuestro corazón de penurias y de ofensas que podamos almacenar en nuestra alma y también tendremos el consuelo de nuestro señor Dios en las penas que sobrellevamos.
Señor, tú que iluminas con tu presencia este sábado de gracia, ayúdame con este pesar que llevo en mi ser, que solo tu como nuestro padre santísimo sabes consolar y tu mas que nadie, sabes que mi camino no ha sido fácil y que mis dudas y angustias siempre inundan mis pensamientos.
Desde hace tiempo he buscado consuelo en otras cosas para olvidar las atribulaciones que pesan en mi corazón, alejándome de tu camino y de tu llamado, mis acciones no han sido las mas honestas, por eso te pido perdón y que me recibas de nuevo en tu seno como uno de tus hijos nuevamente.
Te imploro que me enseñes a creer de nuevo en ti como lo hacía cuando era niño y te rezaba siempre, con una fe infinita y con la convicción de que nunca me abandonarías sin importar lo que pasara.
Pero en cambio, fui yo quien te abandone y no quise saber de ti por mucho tiempo, pensando que estaría mejor con otras cosas, pero que equivocado estaba mi señor, porque tú eras lo único que necesitaba para aliviar mis pesadumbres.
Oh clemente Jesús, hazme tu fiel servidor y envuélveme en tu manto sagrado, protégeme de todo el peligro que me acecha y no dejes que nunca me aparte de tu lado, quiero estar bajo tu cobijo siempre, amándote cada día mas.
Salva a mi corazón de todas sus amarguras y báñalo con tu bálsamo sanador para que palpite en tu presencia y donde solo pueda sentir paz, armonía, alegría y amor, cantando en tu alabanza.
Señor Jesús, en este día sábado bendito, dame la sabiduría y la luz para enfrentar los obstáculos en mi camino, con tu presencia nunca mas estaré solo, te lo pido en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Reza esta oración cuando te sientas perturbado por algo y quieras el consuelo de nuestro amado Jesús, que siempre está atento a las suplicas de sus hijos y nunca nos abandona cuando sufrimos y estamos en las penumbras. Luego de rezar la oración, quédate en silencio por unos minutos, recibiendo la bendición de Jesús.