Haz esta oración PODEROSA para DESTRUIR los Planes del ENEMIGOS , CONGELAR y DERROTAR a TUS ENEMIGOS. Si alguna vez has sentido temor seguro buscas protección. Muchas veces las amenazas no son visibles, sino espirituales, y orar se convierte en un arma poderosa. Haz esta oración a San Miguel Arcángel para atar los ojos y oídos del enemigo. Este te protegerá de toda asechanza y mal.
Oración para Derrotar a tus Enemigos
San Miguel Arcángel, custodio poderoso y guerrero. Tú que tienes el poder de pelear contra el enemigo, necesito de tu auxilio. Acudo a ti en oración con la certeza que me escuchas y atiendes a mis palabras.
No me abandonas, porque tu amor es puro como el fuego celestial que te rodea. Con tu espada poderosa peleas la buena batalla, siempre victorioso estás, mi amado Arcángel. Con reverencia me acerco a ti, sabiendo que puedo confiar, porque nunca me fallas.
Te ruego que me cuides de aquello que no puedo ver, del enemigo que asecha mi alma. Tú que lo expulsaste del cielo puedes luchar y vencerlo. Desvía sus malas intenciones de mí y de los míos.
Sus ojos no busquen mi presencia, y no pueda verme, ni reclamar autoridad sobre mi vida. Hazme invisible, colócate delante de mí y enceguécelo con tu luz poderosa. Cúbreme con tus alas protectoras, y así estaré tranquilo. Mi corazón no desmayará del temor, porque tengo defensor oportuno.
Que la duda no me alcance y la incertidumbre no pueda ganar. Riega la semilla de la fe para que cada día crea mas en Dios y en ti. Sin importar lo que pase, que mi corazón esté fortalecido ante cualquier circunstancia, aunque sea difícil.
Cierra los oídos del enemigo, para que no escuche mis palabras, ni oiga mis deseos. No permitas que dañe mis proyectos, ni se coloque como una piedra de tropiezo en el camino. Que mi lengua esté protegida de hablar mal, para que este no halle ningún asidero.
Permite que mi corazón se avive, refleje tu luz infinita y así el díablo huya. En ningún momento dejes que quebrante mi espíritu. Contigo soy poderoso y fuerte.
También, te pido que confundas a cualquier persona que el díablo quiera usar para dañarme. Que sus planes y maquinaciones sean frustrados, y ninguno de ellos tenga éxito. Aléjalos de mi vida de forma pronta.
Abre los caminos de bien en mi vida y no dejes que mis pies anden en sendas de maldad. Ninguna sombra me cubra, sea tu luz como el sol perenne que siempre me alumbra. Me deleito en tu presencia y contigo siempre estoy seguro. Amo la forma como escuchas y siento tu bendición cuando oro.
El díablo es ciego y mudo en tu gloriosa presencia, su poder no puede prevalecer ante el tuyo. Porque Dios te lo ha dado para defender a quienes creen con fe. Ata al enemigo, que no tenga poder sobre ningún aspecto de mi vida.
Gracias, mi amado Arcángel, porque sé que has escuchado mis oraciones, y serás mi custodio en cada paso que dé. Te agradezco infinitamente por siempre estar conmigo cada día de mi vida. Amén.