A veces la ansiedad se apodera de nosotros en esas horas de la noche, cuando todo parece oscuro y callado, en ese instante los temores se avivan en el alma. En estas circunstancias ora al Padre, porque él tiene cuidado de ti, esto te permitirá descansar confiado y en paz.
Padre, amado mío, mi Dios, la oscuridad de esta noche se ha apoderado de mi alma, así como el cielo es oscuro mi espíritu se agrisa, y parece atrapado en ella. Porque el miedo y los problemas me sobrepasan.
Escucha mi voz, me agito como una brizna azotada por la tormenta, clamo entre las sombras. Mi pecho está frío como el hielo, el miedo es un valle oscuro, y transito por él. La voz de mi corazón se ha apagado y ahora parece un susurro.
No me abandones, Padre, porque tú eres la luz, entre las sombras alumbras, déjame ver una vez mas fuera de la oscuridad que se agita en mi corazón. Por favor, escucha mi voz, clamo a ti antes de dormir porque solo tú me das consuelo.
Dios, escúchame en este duro trance, solo puedo confiar en ti, eres la única esperanza, no me dejes, porque sin ti la noche caerá sobre mi vida. Es una noche oscura y sin estrellas, donde la luz de la luna no alumbra.
Necesito de tu dulce descanso, de ese contentamiento que solo puedo sentir bajo tu cobijo, las horas se han sucedido como paso de tormenta, Parece que ahora el día es mas oscuro, y en esas horas difíciles solo puedo pensar en ti.
Haz que el sol salga nuevamente para mi alma, que mañana pueda encontrar la solución, y aun en este problema pueda encontrar paz. De él salgo sintiéndome mas fuerte, aprendiendo a ser sabio, con mayor fortaleza.
Dame el descanso que necesito, mi alma y cuerpo claman, desde lo mas profundo, en el abismo de la desolación. Pero sé que me escuchas, que tus oídos están prestos para mi voz, y te doy las gracias porque en lo oscuro mi espíritu se fortalece. Lo declaro y lo creo en tu nombre, amén.
Busca en las horas nocturnas a Dios, este es un gran momento para orar. Luego del largo día, cuando se presentan de forma mas vívida los problemas y temores, nada mejor que acudir a la presencia del Padre. Su poder calma las tempestades y trae luz en medio de las sombras.