Cuando estés pasando por un momento difícil, eleva esta plegaria a Jesús Sacramentado, quien no te abandonará y te ayudará a superar tu situación, devolviendo estabilidad a tu vida.
Oración milagrosa a Jesús Sacramentado en momentos Difíciles
Jesús Sacramentado, mi fiel amigo y mi salvador, quien nos ama a todos con un amor incondicional que solo tú puedes dar, escucha hoy mis palabras porque quiero pedir tu favor sagrado y agradecerte por todo el amor que me has brindado.
Mi adorado señor Jesucristo, sublime hijo del Todopoderoso, tú que soportaste ser crucificado por todos nuestros pecados, y renaciste al tercer día profesando aún mas amor hacia nosotros, porque tú no conoces el odio hacia tus hermanos, y solo sabes dar amor y compasión. Por eso eres maravilloso, un ser de pura luz celestial, y por eso te adoramos y bendecimos, porque tú nos salvaste a nosotros al sacrificar tu cuerpo de carne y hueso, soportando el dolor y la tortura.
Y te agradezco por mi parte y la de todos mis hermanos terrenales, te agradezco y te entrego mi corazón por haber soportado todo eso por liberarnos. Y tan solo quiero pedirte, mi amigo fiel, mi amado Jesús Sacramentado, que me prestes tu ayuda y tu divina asistencia en estos momentos difíciles.
Regresa otra vez al mundo, glorioso Jesús Sacramentado, como prometiste que lo harías, para que puedas salvarnos una vez mas, para que puedas prestarme tu ayuda inigualable en estos momentos y así yo poder liberarme de esta carga de pesar, para sentirme bien y dejar atrás la angustia, para dejar de sentir esta terrible pena que oprime mi corazón y poder ver nuevamente los brillantes colores que dan vida la mundo. Porque estos momentos tan difíciles me tienen amargado, me causan pesar y me cargan con un peso que mis hombros no son capaces de soportar y solo me animan a quedarme postrado en cama, sin ánimos de hacer nada.
Oh, Jesús Sacramentado, tú que sientes todos los corazones, siente mi angustia y quítamela de encima, devuélveme otra vez la plena alegría y permíteme recorrer tu sendero con la viva emoción que tu presencia nos puede dar. Te lo imploro en el nombre del Señor, como uno de sus fieles hijos, y te agradezco por siempre tu divina comprensión. Así sea.
Reza de rodillas y dedica toda tu concentración y tu devoción a la plegaria, para que las palabras lleguen con claridad a Jesús Sacramentado y te ayude a conseguir las fuerzas que necesitas.