Sabemos que San Agustín fue un gran genio y guía de la Iglesia Católica, considerado un gran padre que siempre nos escucha para interceder por nosotros, por lo cual le dedicamos esta oración para alabarlo y pedir su bendición.
San Agustín, Santo Patrono, protector de los fieles hijos de Dios nuestro Señor, padre de nosotros, a ti acudo de rodillas para suplicar tu divina intervención, para pedirte que desciendas al mundo terrenal a cumplir mi santo deseo.
Te oro, San Agustín, porque quiero que cuides de mí y de mis seres queridos como un padre que eres, porque te consideramos nuestro padre y protector. Protégenos de todo mal y no nos descuides ni un instante en este sendero tan oscuro y sinuoso, pues solo un instante le basta al maligno para acercarse a nosotros y tentarnos y envolvernos en su oscuridad. Por eso, San Agustín, no sueltes nuestras manos y llévanos por el camino correcto.
Santo Patrono, te concedo libertad para que decidas sobre mis pasos, para que influyas en mis actos de modo que estos siempre estén guiados hacia lo correcto, hacia el buen camino de Dios Padre, y así sabré que nunca obraré a mal ni por cuenta propia ni por influencia maligna, porque mis actos estarán respaldados por un ser de infinita santidad que no tiene mácula y no conoce la maldad.
Escúchame te lo suplico, oh Santo Patrono, porque soy fiel a la Palabra y no quiero fallarle a Dios nuestro señor ni siquiera por un instante, y tampoco quisiera ver a mis seres queridos desviarse del sendero por falta de sabiduría o porque los haya envuelto la oscuridad. No quisiera ver a mis seres queridos caer en las tentaciones ni los malos vicios, porque me causaría gran aflicción ver al maligno vencerlos en alguna batalla y saber que no cumplen los santos designios de Dios Padre e incumplen sus mandamientos, porque me causa gran pena ver el pecado y no poder hacer nada para impedirlo.
Alabado seas por escucharme y siempre estar dispuesto a ayudarme, San Agustín, y por todas las otras veces que has influido en mi vida y me has devuelto al camino correcto, porque yo sé que tú siempre has estado ahí para guiarme.
Con esta plegaria el Santo Patrono alzará un manto de protección sobre ti y sobre tus seres queridos, dándoles fuerzas para que sepan alejarse del pecado.